El cilindro naranja de la esperanza



En bata por la casa, Margaret recordó sacar la basura, asear la habitación, escribir la nota, furmase un cigarrillo, tomarse una taza de café. Sabiendo que serian los últimos placeres terrenales que disfrutaría. El dolor de la perdida, un corazón roto, sin esperanzas de reparo, la triste tristeza de la más triste de las tristezas.

La puerta se abrió y entro "Sueño" y su Hermana Mayor "Muerte". El Hypnos y el Thanatos. Margaret no tuvo miedo. No había porque tenerlo. "Sueño" le hablo de los mundos, de los mares, de los reinos, de los cielos, de como nada nunca acaba, de que su reino podía ser más real que cualquier otro, en cualquier de los planos.

Le hablo de aquellos pocos que no temen a su hermana, de aquellos que entienden el valor de su regalo y de aquellos que no, le hablo de como el regalo que otorga su hermana a los mortales, solo puede ser dado, jamas quitado.

Alegre y hermosa, "Muerte" hablo: de los eones y de las guerras, de la apatía y la desilusión. del odio hacia la vida y de que solo "ella" y nadie más, tenia el derecho a terminarla.

"¿Sabes la esquina cerca de la panadería por donde pasas todos los días?". "Justo en esa esquina hay un cilindro, ajeno al resto mundo, su mensaje es tan verdad como mentira, pero su intención es sagrada y perpetua".

Margaret no pudo esperar, bajo directo hacia la esquina cerca de la panadería y ahí estaba el Cilindro. "¿Cómo no lo había notado?".

"Muerte" es sabia.

Esa noche. Margaret soñó con la vida, la felicidad, la amistad, la esperanza... Soñó que en "The House of the Holy" la esperaban...

¿sientes... que últimamente todo sale mal? quizás... "lo mejor de tu vida, no-lo-has-vivido".

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